martes, 18 de abril de 2017

La mitología asturiana es tremendamente rica en leyendas y tradiciones sobre diversas criaturas fantásticas.

Almas en pena: Muy frecuentes son estas apariciones en la tradición asturiana que con sus quejumbrosas peticiones de misas o reparación de faltas, aterrorizan a los familiares. Los relatos sobre almas en pena suspendían el ánimo, inevitablemente, en las reuniones invernales al amor del hogar.
Alma en pena
Ayalgues: Las Ayalgas o les Ayalgues, son ninfas o hadas hechiceras que viven en las cuevas cristalizadas, tienen un pequeño cuerpo con alas como de mariposa, transparentes como el agua, apenas visibles a no ser por su destellos. Son las guardianas de los tesoros que en la antigüedad dejaron escondidos saqueadores y ladrones las cuevas de los montes. También dicen que son doncellas a la que encantaron para dejarlas para dejarlas en cuevas guardando sus botines y que ellas llaman con sus destellos y sus cánticos para atraer a alguien que encuentre el tesoro y así rompa su encantamiento.
Ayalgue
Bruxes: Ancianas feas, arrugadas y de malas intenciones que conocen todos los secretos de la magia y de la brujería. Según la creencia, con sus miradas pueden hacer enfermar a los que las han agraviado o a quienes les caen mal. También se conocen todas las pociones y ungüentos habidos y por haber, que crean en ollas o grandes cacerolas. Suelen vestir siempre de negro, acompañadas por gatos igualmente negros y con escobas que la cultura popular ha dotado del poder de volar. Viven habitualmente solas en una cabaña en mitad del bosque, donde pocos pueden llegar, ya que no les gusta que les molesten si no es estrictamente necesario.
Bruxa
Busgosu: Es un ser híbrido, mitad hombre, mitad carnero. Posee densas caballeras, cuernos, patas de carnero y cara humana al igual que el torso y los brazos. Suele ser representado con un traje y un sombrero verde. Dependiendo de la región asturiana en la que nos encontremos, el mito del Busgosu tiene dos frentes. En la zona oriental es considerado un ser benefactor que ayuda a los pastores cuando se pierden e incluso a reparar sus cabañas. En cambio, en la zona occidental se dice que esta criatura es el señor del bosque y por lo tanto, enemigo acérrimo de los leñadores y los cazadores, a los cuales persigue sin descanso hasta que logra tirarlos por los acantilados. También se cuenta que rapta a las mujeres para llevarlas a su cueva.
Busgosu
Carru de la Muerte: Es un carro que vuela por los cielos nocturnos asturianos buscando a los moribundos para recoger el alma de éstos cuando fallecen. En algunas historias se cuenta que de él baja la Güestia. En otras, el carro va tirado por dos caballos invisibles y vaga por los caminos con ruedas de corcho para que no se le oiga ir por los caminos. Va conducido por la última persona en fallecer ese año en la parroquia, quien se para enfrente de la casa del moribundo y dice la siguiente frase: “Sal fulano que aquí lo buscan”. Si el moribundo sale, lo hace subir al carro, llevándoselo después al Más Allá.
Carro de la Muerte
Cuélebre: Es una serpiente gigantesca con alas y una crin en la cabeza. La leyenda cuenta que estas criaturas son las que guardan los tesoros a las Xanas (les Xanes). Como son inmortales, con el pasar de los siglos las escamas se le vuelven tremendamente gruesas e impenetrables, y le salen alas de murciélago, pareciéndose más a un dragón que a una culebra. No se suele mover mucho del sitio que custodia, cuando lo hace es para comer ganado e incluso seres humanos, habitando principalmente en cuevas y hondonadas de terreno cercanas a zonas de agua como lagos, ríos y manantiales. Se les suele añadir además la capacidad hipnótica e incluso la de hablar. Hay muchas historias en las que se narra cómo los campesinos logran vencerlo mediante engaños y así se ven libres de tener que alimentarlo, como por ejemplo la que cuenta que unos monjes, cansados de tener que darle de comer para evitar que se llevara los cadáveres del convento decidieron darle un pan con alfileres que le causó la muerte. En el pasado el Cuélebre exigía cada cierto tiempo una doncella virgen para devorarla a cambio de no desatar su furia sobre las gentes. Así era hasta que una de las doncellas que iba a ser sacrificada invocó al apóstol Santiago. Este se enfrentó a la bestia y el Cuélebre herido en el pecho, se comenzó a retorcer, soltó una nube de azufre por la boca y herido y humillado, regresó a su cueva no volviendo nunca a pedir tributo a la gente. Cuentan la leyendas que el Cuélebre tras tantos siglos de longevidad ya ha perdido gran parte de sus poderes, especialmente en la mágica Noche de San Juan cuando no son efectivos sus encantamientos. Por el contrario, la noche de San Bartolomé sale de su cueva con sus poderes acrecentados, provocando tempestades y desatando el terror.
Cuélebre
Curuxa: Lechuza que si se posa o ronda la casa de un enfermo significa que este enfermo va a fallecer. También se oye en Asturias que este mensaje lo realiza la corneja y el cuervo. Otra historia cuenta la aparición en el pueblo de un perro negro que nadie había visto antes, que se para delante de la casa de un enfermo y se pone a aullar, ronda la vivienda hasta el fallecimiento del enfermo y luego le acompaña hasta que éste es enterrado, desapareciendo luego para siempre. La Curuxa es también una de las figuraciones de la Guaxa.
Curuxa
Diablecos: Duendes domésticos de pequeño tamaño que pueden realizar tareas imposibles para las personas. Se les concede el poder de adivinar el futuro, pero en caso de volverse en contra de los humanos con los que habita, son lo bastante vengativos para hacerles enfermar a su conveniencia o en casos más graves, de poseerlos como si de un demonio se tratase.
Diablecos
Diañu Burlón: Es uno de los personajes más conocidos de la mitología asturiana. Normalmente se le describe como un caballo pero puede adoptar la forma de otros seres, incluso es capaz de convertirse en humano (al menos en apariencia) de poca estatura. También es descrito como una criatura con patas de cabra y apariencia humana de cintura para arriba. Actúa principalmente por las noches y se dedica a realizar bromas pesadas más que otra cosa. Asustar a caminantes, desorientar a campesinos, estropear las redes de los pescadores, trenzar las crines de los caballos, etc. También deja que el fatigado caminante se monte sobre su lomo, para entonces cabalgar a una velocidad endiablada en ir aumentando en tamaño. El asustado jinete, al realizar una invocación a alguna potencia celestial, por lo general: “¡Xesús, Xosé y María!”, se libera de la siniestra cabalgadura para dar con sus huesos en una riega.
Diañu Burlón
Espumeru: L’espumeru es una especie de pequeño duendecillo, que vive en cuevas en las orillas del mar. Suele vestirse con algas, caracolas y otros objetos que encuentra por la playa. Su pasatiempo favorito es deslizarse sobre las olas o detrás de la estela que dejan los barcos en el agua. A veces cuando el tiempo es malo y la niebla esta baja en la costa, hace sonar una caracola para alertar a quien esté pescando, para avisarles que se acerca una tempestad y que es peligroso acercarse a los arrecifes.
Espumeru
Fiera Cuprecia: Bestia de extraño aspecto parecido a la quimera de la mitología griega, con cuerpo de harpía provisto de cuatro mamas, cola, boca de león y cuernos de toro. Este ser se dedica a asustar a los niños que encuentra por los bosques.
Guaxa: La Guaxa es el vampiro de la mitología asturiana por excelencia. Es descrita como una anciana que en las noches penetra por las cerraduras o las rendijas de las puertas cuando nadie está despierto para clavar su único diente y succionar la sangre de sus víctimas quienes paulatinamente languidecen y enferman con el transcurso del tiempo. Sus víctimas son principalmente mujeres jóvenes y niños. De día se esconde agazapada en cuevas o en los troncos huecos de los árboles. Generalmente es invisible, pero si se deja ver su aspecto es el de una anciana delgada, arrugada y encorvada con ojos como el búho y una gran boca de la que sobresale de su mandíbula superior el diente con que ataca a sus víctimas. La tradición señala que el remedio contra la Guaxa es el uso de amuletos como la higa o cigüa, o mano negra de azabache, amuleto muy usado desde la antigüedad en Asturias, o la piedra de San Pedro o quiastolita, así como rituales como dar a la víctima un preparado a base de alicornio u otro que se elabora dejando al sereno durante nueve noches seguidas una medida de agua en la que se ha puesto a macerar tozos de astas de ciervo y alguna porción de plata.
Guaxa
Güercu: Es la aparición en un lugar de una persona que está viva pero que un futuro cercano será ya un difunto, normalmente de su familia, que más tarde al hablar con este niega reiteradamente que él se encontrase en ese lugar, esto anuncia la muerte de esta persona en los próximos días. Se dice de él que vaga por cementerios, y que a veces adopta la terrorífica forma de un perro negro con cuernos.
Güestia: Se trata de la Santa Compaña de Galicia pero en la tradición asturiana. Estamos ante una larga procesión de espíritus que avisan de la muerte. Portan huesos en vez de velas que misteriosamente desprenden llamas y nadie sabe a dónde se dirigen. Para una persona el hecho de ver esta procesión significaría la futura muerte. Siempre van exclamando “Andai de día que la noche ye mía“, y allá en las casas donde se paran, una muerte en ellas sucede a los pocos días. Quien lleva la procesión, sin embargo, no es un espíritu, sino un vivo que está condenado a salir por las noches a comandarla, y a encontrar a otra persona a quien pasar la maldición antes de que ésta le vaya palideciendo lentamente hasta morir, creándose así un eterno círculo vicioso. En conclusión es un signo de mala suerte y mal augurio, para librarse del fatal destino la persona ha de trazar un círculo en el suelo y meterse dentro de él nada más verla y si la Güestia se cruza por su camino, la persona debe tirarse al suelo delante de ella aunque le pise y le aplaste.
Güestia
Ingalius: Estos duendes de la región de Ibias sienten una especial predilección por molestar a los niños, a los que les impiden crecer mediante una delgadez muy acusada, o volviéndolos muy pálidos. Cuando un niño está encanijado se dice que tiene los ingalius y para curarle se reúne la familia y le atan las piernas con un hilo de lana hilada en casa. Acto seguido, una persona lo lleva a la encrucijada de dos caminos por los cuales haya pasado o pueda pasar el viático. Allí se sienta con el niño entre sus brazos y a la primera persona que pasa le entrega unas tijeras y le dice: “Hombre que vienes con fortuna, corta los ingalius a esta criatura“. El hombre (o mujer) corta el hilo que ata las piernas del niño y con esto queda cortada la enfermedad. Para que la operación surta efecto, ha de hacerse en silencio, y las personas que intervienen en ella tienen que separarse sin despedirse.
L’Home Marín: Un siniestro personaje que merodea por las costas en busca de barcos pesqueros, divirtiéndose con ellos rompiendo sus aparejos de pesca al crear grandes oleajes o aprovechando las tormentas que puedan coger al barco desprevenido antes de que éste pudiese volver a puerto. Otra de sus diversiones es destrozar los propios barcos, dejando a los marineros en mitad del mar.
Llavanderes: Conocidas como Lavandeiras en Galicia, les Llavanderes son mujeres viejas y arrugadas que lavan ropa en los ríos por la noche. Aunque es fácil escucharlas es muy difícil verlas. Aquel que logre verlas será invitado a lavar la ropa con ellas, pero el que rechaza la invitación, o las mira directamente a la cara o lavase la ropa apuntando hacia alguna de ellas, será ahogado en el río por ellas (o apaleado hasta la muerte con las palas de lavar, según otra versión del mito). Tienen una parte positiva al ayudar a apagar incendios en los bosques al desviar los cursos de los ríos.
Llavanderes
Lloberu o Llobera: Hombres y mujeres que se crían entre lobos, llegando a mandar en las manadas. Son distintos a los casos de licantropía, donde el individuo se convierte en lobo. De este último se cuenta que es la maldición de un padre a su hijo por comer demasiada carne, entonces este se va de casa y se revuelca por la tierra, convirtiéndose en lobo, se encarga de que los lobos no se coman el ganado ni ataquen a las personas, pasados siete años, se revuelca de nuevo en la tierra y la maldición se va. Está documentado históricamente el proceso llevado a cabo por el Santo Oficio contra Ana María García, la Llobera de Llanes, fechado en 1648.
Lloberu
Malinos: Espíritus invisibles que pueden adoptar aspecto de sombras u ocultarse en ellas y que no son más grandes que una mosca. A pesar de su diminuto tamaño, pueden realizar casi cualquier tarea, por imposible que parezca. Los Malinos pueden introducirse en el cuerpo de las personas por la boca para después atormentarlas con diversas dolencias y enfermedades como la locura o esquizofrenia e incluso controlando su voluntad. De dichas dolencias no se libran hasta que son sometidos a un exorcismo que logra expulsarlos del cuerpo del poseído, viéndose débilmente como una especie de humo o vapor que sale del cuerpo. Se dice que a los Malinos hay que llamarlos al aire libre y en un lugar solitario, en compañía de varios gatos negros o frente a un tocón de un árbol sobre el que se hayan extendido hojas de helechos. Si se pronuncian los juramentos adecuados, vienen (siete Malinos) y se introducen en una caja de madera que deberemos portar, a partir de ahí realizarán las tareas que les ordenemos. Cuando no pertenecen a nadie, vagan por los bosques cometiendo fechorías.
María Cuchillas: Cuenta la leyenda que María era una joven de clase humilde que vivía en Oviedo en el Siglo XVIII – XIX y que estaba enamorada de un hombre rico, lo que impedía que él se fijase en ella. Para ayudarla, El Diablo se le apareció y le dijo que si quería conquistarlo llevase a su hermano recién nacido a una cueva, donde lo matase a cuchilladas hasta desangrarlo, y con su sangre hacer una pócima o un conjuro para enamorar a su amado. María obedeció pero su hombre fue avisado de lo ocurrido y encontró a María tras cometer el crimen, maldiciéndola y condenándola a limpiar la sangre de la cueva hasta que sus lágrimas se mezclasen el agua de lavar, indicando así su arrepentimiento. Otra versión de la historia la considera patrona de los crímenes sin resolver, y se aparece por las noches portando cuchillos manchados de sangre.
María Cuchillas
Mouros: Los mouros o moros son una raza de seres mágicos que vivían en Asturias desde el principio de los tiempos, por una razón desconocida se vieron obligados a vivir debajo de la tierra, ejerciendo el oficio de la minería, la metalurgia o la orfebrería. Son los constructores de los dólmenes y de los castros, debido a su forma de vida tienen grandes tesoros que son protegidos por cuélebres o por hechizos. Rara vez salen al exterior a no ser para recoger comida, y solo salen al anochecer o por la noche o en días muy señalados como la noche de San Juan. No se suelen mezclar con los humanos, a no ser en encuentros casuales.
Mouros
Nuberu: Es un personaje que según la mitología asturiana (también presente en la gallega y cántabra) domina las tormentas. Controlan el tiempo a su voluntad y se divierten provocando tormentas y tempestades, lanzando centellas a los animales y arruinando las cosechas de los hombres con el granizo. Estos hacedores y rectores de inclemencias no dudarán en utilizar los rayos como armas si son atacados o molestados. El Nuberu viste ropas raídas, un manto de pieles y un sombrero negro de ala ancha. Posee una poblada barba grisácea y se cuenta que al igual que Odín, es tuerto de un ojo. Habitualmente se desplaza montado sobre una nube mientras “pastorea” otras nubes, haciéndolas descargar su contenido a voluntad y sin importarle lo más mínimo las consecuencias. El Nuberu tiene cierta ambivalencia, ya que puede resultar tanto una fuerza maléfica, como cuando descarga granizo sobre las cosechas, como también benéfica, provocando lluvias que ayuden precisamente a los campesinos. Según la tradición popular, la manera más efectiva de alejar al Nuberu es pidiendo ayuda a un sacerdote o haciendo tañer la campana de la iglesia, ya que parece que dicho sonido le resulta extremadamente desagradable. También colocar un carro con las patas hacia el cielo, un hacha con el filo hacia arriba sobre el tejado de la casa o quemar laurel y romero pueden resultar ser métodos efectivos para poner en fuga al Nuberu.
Nuberu
Papón: Tiene su nombre debido a su enorme papada. Tiene el vientre muy hinchado, un gran abdomen y una apariencia bonachona, pero tras esa fachada se oculta un glotón al que le encanta raptar a los niños llorones que no se duermen. Se los lleva de sus casas por las noches, a los que luego se come. Otro personaje emparentado con éste es Xuan Canas, que vive en los pozos de los ríos y si algún niño pasa por allí lo rapta y lo esconde para siempre en el fondo del río.
Papón
Pataricu: Seres gigantescos que viven en la legendaria isla de Eonavia o Eonaviega (entre las costas del Eo y de Navia) que tienen un solo ojo y un finísimo sentido del olfato que les permite detectar náufragos de los cuales se alimentan. La isla solo era accesible para los barcos que habían sufrido un naufragio, llegando a sus costas arrastrados por la marea, de modo que los supervivientes se veían atrapados en la isla al no tener barco con que escapar de ella, siendo también víctimas del hambre de estos enormes cíclopes.
Pataricu
Pesadiellu: Espíritu maligno, que no tiene forma determinada y relacionado con el diablo. Se suele aparecer a los caminantes, que sienten como una presión extrema en el cuerpo que puede llegar al desfallecimiento y debe recurrir a los rezos para deshacerse de él. Otra historia nos cuenta que se presenta como una enorme mano peluda o como un macho cabrío.
Pesadiellu
Príncipe Aliatar: Personaje mítico característico de la época navideña. Presentado como su alteza real el príncipe Aliatar, actúa como mensajero o guía que acompaña o precede a los Reyes Magos, y que visita las ciudades y pueblos días antes que éstos para recoger las peticiones de los niños. En las Cabalgatas de Reyes de Asturias siempre abre paso a los Magos de Oriente este personaje.
Serenes: Son seres híbridos, mitad mujeres mitad pez, viven en el mar y en los ríos cantando hermosas canciones. Suelen tener un carácter negativo y perverso. Se las asocia con la seducción de marineros a los que atraen con sus cantos a las costas peligrosas para que naufraguen o mueran en ellas.
Sirena
Sumiciu: Otro duende burlón de la mitología asturiana aunque menos conocido que el Trasgu pero quizá más maligno y que puede convertir en pesadilla el hecho de convivir con él. El Sumiciu es un duende hogareño relacionado con los despistes y las desapariciones de objetos en las casas siendo muy habitual en Asturias oír la expresión “llevolo el Sumiciu” o “páez obra del Sumiciu”. Es de un tamaño sumamente pequeño o incluso invisible. Pero la acción del Sumiciu no se limita a eso. Este duende es más perverso que el trasgu, llegando incluso su poder a ser capaz de “sumir” a las personas, especialmente a los niños, haciéndolos desaparecer poco a poco. Aun así, la manera de librarse del Sumiciu y recuperar los objetos perdidos es simple: Se dice que hay que rezar una oración a San Antonio pero sin cometer ni un solo error, si no, los objetos perdidos, jamás se recuperarán.
Sumiciu
Trasgu: El Trasgu es el duende hogareño por excelencia de la mitología y tradición asturiana. Vive en las casas y es sumamente travieso, llegando a ocasionar grandes destrozos y causando graves trastornos en la vida familiar en aquellas casas que habita, molestando al ganado, tirando cosas al suelo, impidiendo que las personas duerman por las noches, etc. El Trasgu suele manifestarse normalmente en las primeras horas de oscuridad, cuando la familia se encuentra reunida cenando o junto al fuego, sonarán ruidos extraños, pisadas, pero solamente será cuando los habitantes de la casa duerman el momento en el que este pequeño duende campe a sus anchas. Sin embargo, si se le trata bien, y siempre y cuando este de buen humor, el Trasgu puede recoger y limpiar las casas, aunque suele ser más dañino que benefactor. Es tal la molestia que causa, que en ocasiones las familias tienen que mudarse. No obstante es sumamente difícil deshacerse de él, acompañando normalmente a la familia en la mudanza, suelen anunciarse diciendo: “Yo también ando de casa mudada”. Hay varias maneras según el mito de deshacerse de él, la principal es retarle a ejecutar tareas imposibles aunque también puede resultar el encargarle que traiga agua en una cesta, o que convierta un pellejo de carnero negro en blanco, al no poder hacerlo se marcha avergonzado. Otra manera de deshacerse del Trasgu es dejándole un puñado de grano en el suelo, como no los puede coger porque se le escapa por el agujero de la mano se enfada y se va. El mito del Trasgu está emparentado con otros mitos de duendes comunes en toda Europa y el resto del mundo.
Trasgu
Ventolinos: Parientes del Espumeru, son unos duendes o genios del aire de tamaño diminuto que revolotean por las aldeas, bosques y acantilados durante la noche. Son muy difíciles de ver, se cuenta que solamente pueden ser vistos es a través de los rayos de la Luna, ya que normalmente son invisibles a las personas adultas, solamente los niños (con los que los ventolinos tienen una afinidad especial) son capaces de ver a estas criaturas. Tienen facciones muy agradables y son hermosos, tienen además unas alas transparentes en su espalda. Se cuelan en las casas y entre otras tareas, transportan los suspiros de los amantes por el aire, duermen a los niños con la armonía de sus voces y llevan el último adiós de los padres a los hijos que están lejos. También se cuenta que llevan la inspiración a los poetas al posar sus pequeñas manos sobre sus cabezas mientras duermen. En la Noche de San Juan, los ventolinos cantan a las Xanas para que estas bailen en coro alrededor de la hoguera.
Ventolinos
Xanes: O las Xanas, son unos de los personajes más conocidos en la mitología asturiana. Mujeres hermosas que suelen habitar en zonas de agua pura, cristalina y en movimiento (arroyos, cascadas, etc). Según la tradición, parece que están ligadas a sus fuentes, cuevas y manantiales y no los pueden abandonar, por lo que buscan la ayuda de caminantes, labradores o cazadores que sean capaces de liberarlas. Aparte de muy bellas como se ha mencionado anteriormente, suelen ser descritas como mujeres rubias y de ojos azules o verdes, que ocupan sus días tejiendo urdimbres de oro que amontonan en cestas. La presencia del oro es frecuente en muchas de las leyendas alrededor de las Xanas, atribuyéndoles la posesión de auténticos tesoros que ofrecen como recompensa si son liberadas de su hechizo. También hay que destacar que a pesar de su aspecto agradable, las Xanas pueden castigar de forma cruel e implacable a quienes las traicionan o se acobardan en el último momento en la labor de salvarlas de su encierro.
Hilas y las ninfas
John William Waterhouse – Hilas y las Ninfas (1896).
Xinxinos: Cuenta la leyenda que había un niño que era muy desobediente y maleducado con su propia madre, a la que encantaba fastidiar cuando tenía que ayudarla con las tareas domésticas. En cierta ocasión en que estaban cortando leña, Xinxinos cargó una pila de ella a la espalda y le preguntó a su madre donde debía dejarla, pero la madre, exhausta de la mala conducta de su propio retoño, le exhortó a que la pusiera en los cuernos de la luna. La maldición se hizo efectiva, y el niño fue condenado a vagar por los bosques sin descanso, apareciéndose en las noches de Luna llena cargando con una pila de leña que no sabe dónde dejar.
Xuan de la Borrina: Llamado también Xuan Blancu (Juán el Blanco), Xuan de Madruga (Juan el de la Madrugada), Xuan de Riba (Juán el de Arriba) Xuan Barbudu (Juán el barbudo) o Xuan de la niebla, este venerable anciano merodea por montes y valles acompañado de su perro lanudo y de su esposa, de quien curiosamente se dice que también tiene barba. Se aparecen solo dentro de la niebla como figuras borrosas y algo lejanas, de modo que nadie puede verlos de forma nítida. La leyenda le atribuye el don de traer la niebla así como de hacerla desaparecer, volviéndola hacia el cielo. Los pastores consideran a Xuan una especie de pastor con poder de dominar a la niebla, y al que pedían protección para sus rebaños cuando ésta cubría los valles en donde ellos estaban.
Xuan de la Borrina
Zamparrampa: Mujer de aspecto deforme y cruel, a la que le gusta sembrar todo tipo de caos y desorden en las cosas en donde entra. Le encanta a asustar a los niños y provocar desastres domésticos, volviendo locas a las mujeres de la casa.
Zamparrampa
Anexo (Parques Naturales): El Principado de Asturias es un

No hay comentarios:

Publicar un comentario