viernes, 14 de abril de 2017

Filemón y Baucis: el amor que conmovió a Zeus

Mito de Filemón y Baucis

Filemon y Baucis eran dos ancianos que vivían en las montañas, llevaban juntos casi tantos años como tenían. Su hogar era una humilde cabaña y en ella vivían con sencillez y dignidad. Pocas eran sus propiedades, pero tampoco necesitaban más. Por eso no eran pobres.
  • Un día Zeus bajó a la Tierra, acompañado de su hijo Hermes, ambos con aspecto humano, recorrieron la región solicitando hospitalidad en cada casa, para comprobar la buena voluntad y generosidad de las gentes que allí vivían. Como dos viajeros cansados, pedían un lugar para descansar y alimento para reparar fuerzas. Todos les cerraron las puertas.
  • Cuando llegaron a casa de Filemón y Baucis, éstos les recibieron en su humilde vivienda. Baucis les dio un asiento y agua caliente para que limpiasen sus pies, sucios y doloridos por el viaje. Filemón salió al huerto para coger verdura fresca y dársela a Baucis para que la cocinara. Los sencillos alimentos que tenían, todos, se los ofrecieron a sus huéspedes. Sin embargo, como había poco vino y Zeus estaba disfrutando mucho de la comida que le habían preparado sus anfitriones, cada vez que la jarra se vaciaba, el padre de los dioses hacía que se llenase sola. 
  • Cuando los ancianos observaron este prodigio, tuvieron la certeza de que sus invitados eran dioses; temieron no haberles ofrecido alimentos dignos de ellos y salieron para matar a su oca, el único animal que tenían. Zeus les dijo que no la sacrificaran, porque ya habían dado muestras suficientes de su bondad. Contó a los dos ancianos que sus vecinos iban a ser castigados por su egoísmo y que se inundaría gran parte de la región, pero que ellos quedarían a salvo. Salen todos de la casa y suben a lo alto de una colina. Cuando se vuelven para mirar el lugar del que venían, sólo ven una gran laguna y un hermoso templo donde antes había estado la cabaña de Filemón y Baucis.
  • Entonces, Zeus invitó a los ancianos a que pidiesen lo que quisieran, porque les sería concedido. Ellos respondieron que querían seguir viviendo como guardases en donde había estado su casa y ahora estaba un templo. Además pidieron a Zeus morir a la vez y que ninguno tuviera que enterar al otro.
  • Así siguieron viviendo felices y, cuando les llegó la hora, Zeus cumplió su deseo y los transformó en dos árboles, un tilo y una encina, que desde entonces crecen juntos a las puertas del templo.

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