miércoles, 29 de junio de 2016

¿Qué son los Di Indigetes?



pomonaLos Di Indigetes o simplemente Indigetes son espíritus, dioses y/0 diosas de la mitología romana antigua; el término también se utiliza a menudo para designar a otros poderes o espíritus deificados que igualmente controlaban el destino de Roma. A diferencia de los Di Novensides (los dioses recién llegados o los dioses nuevos), los Indigetes eran dioses propios de la mitología romana, es decir, que no habían sido adoptados de otras mitologías, como a menudo ocurría en todas estas culturas antiguas y cuyo ejemplo más claro es la adopción del panteón griego en la mitología romana, tal es el caso de Zeus, dios griego, que en la mitología romana se convirtió en Júpiter; Afrodita que se convertiría en Venus y Poseidón en Neptuno, por mencionar sólo algunos ejemplos.
 
El término indigetes proviene del latín Indiges para designar a Júpiter Indiges que, de acuerdo con el historiador romano Livio, fue el nombre otorgado a Eneas una vez que fue deificado.
Georg Wissowa (1859-1931), filólogo alemán, también utilizó mucho este concepto confundiendo Indigetes con Indígenas y quien además escribiría un libro titulado “Religion und Kultus der Römer” (1902) en el que hablaba precisamente de todas estas deidades. Actualmente esta interpretación de “Dioses Indígenas” ya no es aceptada, por lo que el origen y significado del término sigue siendo incierto. Aunque Indigetes se sigue interpretando como dioses autóctonos o dioses menores.
Algunos afirman que estos dioses eran muy similares a los ángeles de la guarda e incluso a algunos demonios tentadores, lo anterior de acuerdo a la forma como interactuaban con los mortales, por esta razón, al principio de este post mencionamos que eran poderes que controlaban el destino de Roma. La mayoría de los Indigetes son de sexo femenino y son dioses menores, entre los más destacadas encontramos a Ops, diosa de la fertilidad y la tierra; Jano, dios de las puertas, los comienzos y también los finales, y a Quirino, dios del estado romano que en sus orígenes era el dios de la guerra sabino.
 
Otros Indigetes son:
  • Cardea, diosa de la salud.
  • Fabulinos, dios que enseñaba a los niños a hablar.
  • Liberalitas, diosa de la generosidad, especialmente en la época de las cosechas.
  • Orbona, diosa de la fertilidad que era invocada por aquellas parejas que querían tener a su primogénito.
  • Pomona, diosa de la fruta, jardines y huertos.
  • Rusina o Rurina, diosa protectora de los campos.
  • Terminus o Término, dios protector de los límites o las fronteras.
  • Volumna, diosa de las guarderías.
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lunes, 27 de junio de 2016

Heka, la magia en Egipto


Isis-Weret-Hekau

Heka (Energía mágica Hekau o magia y Cayado)
En un texto antiguo  se lee de boca del dios Ra:
Yo cedí el heka a la humanidad en orden para que puedan protegerse contra lo
que podría pasar”.
Algo parecido  se lee en las Instrucciones del faraón Menikare  de la VIII
dinastía: “Un dios dio la magia a los hombres para ayudarlos a defenderse”.
Con el mismo nombre pero con dos grafías distintas  se encuentran en el Antiguo Egipto
dos conceptos distintos: un cetro y la personificación de la magia.

EL CETRO HEKA
Era un antiguo cayado de pastor, que más tarde pasó a ser un símbolo del dios Andyeti,  deidad de  de Busiris y Abidos. Cuando Andyeti se fusionó con Osiris, el cayado pasó  a formar parte de la iconografía de este dios, permaneciendo a lo largo de toda la historia faraónica. Se encuentra presente en las pinturas de la tumba 100 de Hierakómpolis datada a finales Predinástico tardío.

En egipcio “palabra” se dice “medet” término ligado a “medou” o “bastón”; lo que nos  
da la noción

de que las palabras son bastones en los que nos apoyamos a fin de



progresar en el camino de la vida.

La palabra no sólo transmite “lo que el corazón ha



pensado” sino  también construye la realidad deseada;
contiene akh (Ax), término




que significa “útil” y “luminoso”, puesto que el verbo consiste en vibración luminosa


que les da a los hombres un poder útil y maravilloso y los guía al conocimiento si ese  
poder es usado adecuadamente.





HEKA LA MAGIA



Es la personificación del poder mágico del Sol, es decir, de la magia. Fue considerado el “Gran Ka de Ra.
Como concepto, heka es la fuerza energética de origen mágico del dios Ra; era uno de
sus “poderes” personales.
La diosa Isis obtuvo este poder de Ra,  tendiéndole una trampa al dios , obligándole a
revelar su verdadero ren (rn) o “nombre secreto“.
Tut-Weret-Hekau-detalle-Egipto
Isis-Weret-Hekau amamantando al faraón Tutankhamón.
Así, ella consiguió convertirse en la
Gran Maga y se le dio en nombre de Weret-Heka (wrt HkA), “la Grande de la Magia”.
Isis le traspasó este poder a su hijo Horus por lo que se los conoce a los tres como
“Amos del heka”.
Archivo:Esna Tempel 13 Heka.jpg
El dios Heka en el templo de Esna, Egipto.
Debido a su gran poder, los Textos de las Pirámides indican que Heka era temido por los propios dioses,
y se decía que acompañaba al dios sol en su barca y que protegía al dios.

Heka (hk3)
en jeroglífico
V28 D28 A40
Heka aparecía por lo general como un hombre con el atuendo y la barba curvada típica de los dioses.
Archivo: Heka.jpg
Sin embargo, en la Baja Época, Heka fue venerado con la forma de un niño –igual que muchas
otras divinidades masculinas– y, así aparece en numerosas imágenes acompañando a diversas parejas divinas como su hijo.

Cuando el mago alcanza a conocer los secretos de la magia de Heka la fuerza de ese poder
llegará incluso a impregnar su propia materia, su cuerpo.
SACERDOTE.jpg (26046 bytes)
Sacerdote egipcio, Museo de Turín.
Conscientes de ello los sacerdotes egipcios no dudarán en comer
fragmentos de textos mágicos, deseosos de que su ser absorba esos conocimientos.
Ese es el sentido que debe atribuirse al denominado “Himno Caníbal” de
los “Textos de las Pirámides”, en el que el faraón Unas es reflejado cuando devora
el Heka de las divinidades:
“Unas es un dios, el más antiguo de los Antiguos.
Le sirven millares, le hacen ofrendas centenares ….
ha quebrado vértebras y espinazos,
se ha apoderado de los corazones de los dioses.
Se ha comido la (Corona) Roja, ha engullido la Verde.
Unas se alimenta de los pulmones de los Sabios,
y queda saciado viviendo de sus corazones y su magia…”

martes, 21 de junio de 2016

Mnemosina: La diosa de la memoria



En la mitología griega, Mnemósine (en griego Mνημοσυνη) es la personificación de la memoria y madre (con Zeus) de las nueve musas.
 
Se cuenta que los dioses le pidieron a Zeus que creara divinidades capaces de cantar el nuevo orden establecido en el Universo. Disfrazado de pastor, Zeus se unió durante nueve noches consecutivas con Mnemosine, hija de Gea y Urano, hermana de Kronos y Okeanos.
 
Mnemósine o Mnemosina es personificación de la memoria, “sabe todo lo que ha sido, es y será”; posee el conocimiento de los orígenes y de las raíces, poder que traspasa los límites del más allá. En Lebadea, ciudad de Beocia, existía una fuente con su nombre, de donde tenían que beber los asistentes al oráculo de Trofonio para tener acceso a la revelación.
 
 
Origen de su nombre
 
En la mitología griega, Mnemósine o Mnemosina (en griego antiguo Μνημοσύνη Mnēmosýnē, de μνήμη mnếmē, ‘memoria’), a menudo confundida con Mneme, era la personificación de la memoria. Esta Titánide era la hija de Gea y Urano, y la madre de las Musas con Zeus.
 
En la Teogonía de Hesíodo, los reyes y los poetas recibían el poder de hablar con autoridad por su posesión de Mnemósine y su especial relación con las Musas. También se cuenta que Zeus se unió a Mnemósine nueve noches consecutivas y así engendró a las nueve Musas, que nacieron en un parto múltiple.
 
Mnemósine también era el nombre de un río del Hades, opuesto al Lete, de acuerdo con una serie de inscripciones funerarias griegas del siglo IV a. C. escritas en hexámetros dactílicos. Las almas de los muertos bebían del Lete para así no poder recordar sus vidas anteriores cuando se reencarnaban. Los iniciados eran animados a beber del río Mnemósine cuando morían, en lugar de hacerlo del Lete. Estas inscripciones podrían estar relacionadas con una religión mistérica secreta, o con la poesía de Orfeo.
 
Similarmente, a aquellos que deseaban consultar al oráculo de Trofonio en Beocia se les hacía beber alternativamente de dos fuentes llamadas “Lete” y “Mnemósine”. Un procedimiento similar se describe en el mito de Er al final de La República de Platón.
 
Su equivalente romana era la diosa Moneta, aunque también se utilizaba su nombre griego.
 
 
Más de su historia
 
Hesíodo la presenta en su Teogonía como hija de Urano (el “Cielo”) y de Gea (“la Tierra”). La señala asímismo como la quinta esposa de Zeus, precedida por Metis, Temis, Eurínome y Deméter, y predecesora a su vez de Leto y de Hera. Según cuenta este autor, Zeus se unió a Mnemósine durante nueve noches consecutivas y el fruto de dichas uniones fueron las nueve Musas, nacidas en un parto múltiple.
 
Según la mitología griega, las Musas son las nueve hijas de Zeus y de Mnemósine. Éstas fueron engendradas, según el mito, en nueve noches consecutivas.  Ahora bien, según el historiador griego del S.II Pausanias, al principio las musas fueron tres: Aedea (el canto, la voz), Meletea (la meditación) y Mnemea (la memoria). Juntas representaban las precondiciones del arte poético en la práctica del culto religioso.
 
La tradición les atribuía dos residencias: la una sobre el monte del Parnaso y la otra sobre el Helicón. Es Platón en el año 401 A.C. aproximadamente y, posteriormente, los autores neoplatónicos, el que hace de nueve Musas las mediadoras entre el dios y el poeta o cualquier creador intelectual. 
 

lunes, 20 de junio de 2016

Mitología Griega: el mito de Fedra

Fedra, en la mitología griega.
Fedra, en la mitología griega.
Son muchas las leyendas que podemos encontrar de la Grecia Antigua como es el caso del mito de Fedra, la hija de Minos, el rey de Creta, y de Pacifae, hija de Helio y también madre del minotauro, así como hermana de Ariadna, a quien todos conocemos por dar muerte al minotauro por parte de Teseo.
Deucalión, hermano de Fedra, decidió que su hermana se casase con el rey de Atenas, Teseo, de quien se decía que ya estaba casado con Antíope, una amazona.. Esto hizo que el mismo día de la boda entre Teseo y Fedra, Atenas recibiese el ataque de las amazonas, batalla que perdieron.
Se dice que esta batalla tenía como finalidad rescatar a Antíope, pues ellas creían que la había raptado, pero otras leyendas aseguran que fue solamente para resarcir a Antíope dado que Teseo se casó finalmente con Fedra.
 
En la batalla Antíope muere, dejándole a Hipólito, el hijo en común entre Teseo y ella. Cuando va creciendo, el niño rechaza a Fedra por respeto a su madre biológica, pero ésta cae completamente enamorada de su hijo adoptivo, aunque por miedo a que Teseo se entere por palabras de su hijo, decide tramar un plan.
Para conservar su honra, Fedra engaña a Teseo diciéndole que Hipólito había tratado de sobrepasarse con ella. Teseo ordena inmediatamente desterrar a su hijo y clama a los dioses su muerte, consiguiéndolo, haciendo que muriese arrastrado por su propio carro. Finalmente, Fedra acaba completamente destrozada por su culpabilidad y acaba por suicidarse ahorcándose.
Esta es una de las leyendas y finales de Fedra, aunque la historia se ha encargado de crear otras como la que nos mostró en su momento Eurípides, quien aseguró que Fedra se suicidó, pero lo hizo antes de que Hipólito muriese y dejó una carta con supuestas pruebas de que lo que ella decía era verdad.

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Muerte de Hipolito
En esta versión Teseo ordena matar a su propio hijo pensando que Fedra se había suicidado por su culpa, pero finalmente se entera que Hipólito no tenía culpa, aunque ya es demasiado tarde, pero el joven consigue perdonar a su padre antes de exhalar su último aliento de vida.
Obviamente, se trata de una leyenda y cuanto más tiempo pase, más se tergiversará y aparecerán nuevas versiones, pero según la historia, este es uno de los primeros casos en los que la madre se enamora de su propio hijo, aunque en esta ocasión no fuese su propio hijo biológico.

martes, 14 de junio de 2016

Historia de la inmortalidad: los inmortales en el mito y la leyenda

Portada - Ilustración alegórica de la inmortalidad. (Gnostic Warrior)

Uruk de Mesopotamia fue probablemente el primer inmortal de las leyendas. Se creía de él que era un individuo “normal” que, sencillamente, no podía morir. Sin embargo, la mitología sugiere que siempre han existido inmortales y consejeros. En este sentido, Uruk podría ser considerado como el primer ejemplo de un consejero inmortal de la humanidad.
Gilgamesh era rey de la ciudad de Uruk. Supuestamente vivió 2.000 años después de Uruk el Inmortal. Según algunas leyendas, Uruk vivió en la corte de Gilgamesh, e incluso fue uno de sus maestros. Gilgamesh era hijo de Enkidu y Ninsun.

Dos vidas, dos formas de ser

El mito de Enkidu nos habla de nueve mujeres inmortales que llegaron hasta él cuando nació. Estas nueve mujeres eran las hadas que realizaban predicciones sobre la vida de un niño y su destino al nacer. Tras una serie de buenos augurios de las primeras ocho hadas, la última, la más joven pero también la más sabia, predijo que Enkidu viviría dos vidas: una propia, en la que actuaría erróneamente, y una segunda que le pertenecería a ella y en la que sus acciones estarían caracterizadas por su rectitud.
Fragmento de un relieve dedicado a la diosa Ninsun, madre de Gilgamesh. (Public Domain)
Fragmento de un relieve dedicado a la diosa Ninsun, madre de Gilgamesh. ( Public Domain )
Además, el hada afirmó que esperaba un gran don para la segunda vida de Enkidu. Estaba en lo cierto. En su primera vida, a pesar de ser fuerte, valeroso y sabio, como habían predicho las primeras ocho hadas, Enkidu cometió muchos errores y lo echó todo a perder tanto en su reino como en su vida personal. Finalmente, con su reino ya en decadencia, Enkidu se encontraba en su lecho de muerte. Fue entonces cuando suplicó el perdón de la sabia hada que había predicho que viviría dos vidas diferentes.

En ese momento, la inmortal hada se le apareció e hizo retroceder el tiempo de nuevo hasta el momento en que Enkidu era aún joven. En esta segunda vida, Enkidu actuó con rectitud, se casó con Ninsun y concibió a Gilgamesh, el gran ‘don’ que el hada le había predicho.
Posible representación del rey Enkidu. (CC BY-SA 3.0)
Posible representación del rey Enkidu. ( CC BY-SA 3.0 )

El mortal deseo de Karún

Carún era un inmortal de la cultura etrusca. Se cuenta de él que descendió a los infiernos y regresó, y también es conocido por haber sido infeliz a causa de su condición inmortal. Es uno de los poquísimos inmortales cuyo único deseo era la muerte. Curiosamente, en mitos de todo el mundo, los héroes que viajan al infierno y regresan pueden ser reconocidos como inmortales porque dejan el mundo de los vivos sin haber muerto y vuelven a él posteriormente. Los dioses de las antiguas mitologías también son inmortales. En ocasiones se considera a los antiguos dioses seres humanos inmortales disfrazados. El dios eslavo Veles, por ejemplo, admitía ser inmortal, pero no un dios.

Vampiros, hombres-lobo y la Iglesia

Los vampiros son un buen ejemplo de criaturas mitológicas inmortales. Según cierta teoría, las historias de vampiros fueron creadas por auténticos inmortales a fin de mantener en secreto su propia existencia. Taulreus defiende esta idea en su libro Gheestelycke Sermoonen. Los seres terroríficos como vampiros y hombres-lobo evitarían por tanto que la gente considerase la posibilidad de la existencia real de seres humanos inmortales.

En el pasado, la Iglesia prohibió e intentó destruir todos aquellos libros que planteaban la posibilidad de la existencia de inmortales bajo una forma física. Por otro lado, los alquimistas eran acosados y perseguidos por buscar la Piedra Filosofal, un mineral legendario que supuestamente serviría para elaborar el elixir de la vida (eterna).
‘El alquimista en busca de la Piedra Filosofal’, óleo de Joseph Wright, 1711. (Public Domain)
‘El alquimista en busca de la Piedra Filosofal’, óleo de Joseph Wright, 1711. ( Public Domain )

Leyendas posteriores

La obra Gheestelycke Sermoonen nos habla de un joven soldado que pasa a formar parte de un grupo de mercenarios. En el transcurso de una batalla, el joven es testigo de cómo dan muerte a su comandante, jefe de los mercenarios. Antes de morir, el jefe deja al joven al mando. Con el paso del tiempo, el nuevo comandante envejeció y se retiró a una ciudad de algún lugar de Egipto.

Los Shinigamis

El Shinigami (traducido como dios de la muerte o el espíritu de la muerte) son figuras sobrenaturales que se encuentran en el folclore japonés. El Shinigami son espíritus relacionados con la muerte, y se puede decir que la contraparte occidental del Shinigami es la Parca, sin embargo, como veremos más adelante, existen algunas diferencias entre los dos. Además, el Shinigami no existía en el folclore tradicional japonesa, y sólo llegó a ser más adelante, cuando el país entró en contacto con las culturas occidentales. Sin embargo, estos espíritus han ganado una cantidad considerable de popularidad en los últimos siglos, como puede ser atestiguado en su presencia en la cultura pop japonesa actual.
Parca
El Shinigami se dice que entraron en el folclore japonés alrededor del 18º o 19º siglo, interactuaron con el tradicional Shinto, budista y creencias taoístas. Uno de los resultados de esta interacción fue la creación de los Shinigamis. Mientras que el Shinigami son similares a la Parca, que no son del todo igual, y algunas diferencias importantes entre los dos pueden ser vistos.
Para empezar, en la creencia occidental, la Parca es considerado como un ser aterrador, y como la personificación de la muerte misma. En el folklore japonés, por otra parte, la muerte se ve menos como un individuo, y más como una parte del ciclo natural de la vida. Por lo tanto, los Shinigamis son considerados como agentes que facilitan el buen funcionamiento de este ciclo.
A diferencia de la Parca, que puede ser descrito como un “recolector de almas”, los Shinigamis se aseguran que las personas mueran en el tiempo señalado, y luego acompaña a sus almas en la vida futura. Además, mientras que la Parca se representa como singular, se cree que hay muchos Shinigami, y que por lo general trabajan en parejas.
Las historias de los Shinigamis
En un cuento tradicional, un hombre que está harto de su vida se prepara para cometer suicidio. Antes de que pudiera hacerlo, sin embargo, recibe la visita de un Shinigami, quien le dice que aún no ha llegado su hora. El Shinigami también explica que cada vida se mide en una vela, y una vez que la llama se quema, la persona muere (Esto muestra que el Shinigami tiene ningún control sobre quién vive y muere). Para detener al hombre de cometer suicidio, el Shinigami le dice una manera fácil de hacer dinero.
El hombre se dijo que podía hacerse pasar por un médico que podría curar cualquier tipo de enfermedad. Al hablar algunas palabras mágicas, un Shinigami puede ser forzado de nuevo en el mundo terrenal, alargando así la vida de una persona. El hombre también es informado de que esto sólo funcionaría si los Shinigami está sentado a los pies de la cama. Si el Shinigami está sentado a la cabecera de la cama, sin embargo, significa que la persona enferma debe morir. El uso de este nuevo conocimiento, el hombre se puso muy rica.
Un día, el hombre es llamado a una casa para curar a alguien. Cuando entra, ve que el Shinigami está sentado en la cabecera de la cama del paciente, lo que indica que la muerte era cierta. La familia se declaró y le pidió, y le ofreció una gran cantidad de dinero. Consumido por la codicia, el hombre decide tomar el riesgo, y cuando el Shinigami se queda dormido, rápidamente cambia la orientación de la cama del paciente, ahorrando así su vida.
El Shinigami obviamente satisfecho con lo que hizo, y cuando el hombre llega a su casa, lo critica por su desobediencia. El Shinigami luego cambia su tono, y sugieren que se van a tomar una copa para celebrar sus ganancias. El hombre cae en la trampa, y los Shinigamis lo lleva a un edificio que está lleno de velas. El Shinigami a continuación, muestra al hombre su vela, que es casi quemado como resultado de lo que acababa de hacer. El hombre entonces se ofrece la oportunidad de extender su vida mediante la transferencia de la mecha y la cera de la vela a la de otro. El hombre fracasa en este intento, se le cae la vela y muere.

lunes, 13 de junio de 2016

La misteriosa y mágica Reina de Elfame: diosa pagana y reina de las hadas

Portada - El litigio de Titania y Oberón (1849). Óleo de Joseph Noel Paton. (Public Domain)
Las hadas son seres muy habituales en el folclore europeo, quizás incluso desde épocas prerromanas. Son conocidas en la mayor parte de culturas de muy diversas regiones de todo el mundo. En muchas leyendas se cuenta que las hadas tenían una misteriosa reina que gobernaba sabiamente sus dominios.
Algunas diosas muy conocidas están relacionadas con las hadas. Una de ellas es la famosa reina Morrigan o Morgana. Otra es Danu, diosa madre céltica. Pero la más misteriosa de todas las supuestas reinas de las hadas es seguramente la Reina de Elfame, a la que podríamos asociar con la diosa escocesa Nicnevin.
En el folklore escocés y del norte de Inglaterra, el nombre “Reina de Elfame” viene a significar lo mismo que “Reina del País de las Hadas.” Se desconoce cuándo apareció en la historia o las leyendas por primera vez este personaje, pero se la menciona en diversos antiguos relatos mitológicos y también en algunos documentos de juicios por brujería.
‘El príncipe Arturo y la Reina de las Hadas’ (c. 1788), óleo de Henry Fuseli. (Public Domain)
‘El príncipe Arturo y la Reina de las Hadas’ (c. 1788), óleo de Henry Fuseli. (Public Domain)

Legendarios encuentros con la Reina de Elfame

No resulta fácil hallar documentos escritos que hablen de la Reina de Elfame, aunque de hecho sí que aparece en la leyenda de Tomás el Rimador (‘Thomas the Rhymer’) (c. 1220 – 1298.). Se cuenta de él que era un terrateniente y además una especie de profeta del lugar, y que habitaba en las regiones fronterizas de Escocia. El relato de Tomás el Rimador narra la historia de un hombre que fue ayudado por la Reina de Elfame y volvió de su estancia con ella con el don de la profecía. En una de las versiones de este texto, esta mítica criatura es la reina de un reino de nombre desconocido. En la traducción de Tomás el Rimador realizada por Robert Grave, dice la reina:
No soy la Reina de los Cielos, Tomás
Ese nombre no es el mío
No soy otra que la Reina del bello Elfame
Ven y caza en mis dominios
La Reina de Elfame aparece en numerosos procesos por brujería. Por ejemplo, se la menciona en un juicio del año 1597 en el que cierto Andro Man fue acusado de practicar la magia. Durante su confesión, el hombre afirmó haber mantenido una relación íntima con la Reina de Elfame. Según su testimonio, durante más de treinta años fue su amante y estuvo aprendiendo de la reina de las hadas. Andro Man declaró haber tenido varios hijos con la reina, y que ella le había concedido los dones de la sabiduría y la curación. Además, según una leyenda basada en la ya citada balada de Tomás el Rimador, el acusado afirmaba asimismo haber sido raptado por la reina de las hadas para mantener relaciones sexuales con ella.
La Reina de Elfame conoce a Tomás. (Public Domain)
La Reina de Elfame conoce a Tomás. (Public Domain)
Este personaje solía tener encuentros asimismo con mujeres. Se cuenta por ejemplo que se apareció ante dos mujeres acusadas de brujería: Bessie Dunlap e Isobel Gowdie. Bessie declaró que la Reina de Elfame vino a ella por primera vez cuando estaba dando a luz. Según las dos mujeres, la reina las visitó en muchas ocasiones. Supuestamente les enseñó a curar tanto a humanos como a animales.
La leyenda de la reina de las hadas sirvió de fuente de inspiración para muchos artistas y escritores famosos. El personaje, por ejemplo, aparece en obras de Shakespeare y de sus discípulos. Todas las hadas que encontramos en sus textos pueden relacionarse con la Reina de Elfame.
‘Lily Fairy’ (‘El hada del lirio’), óleo de Luis Ricardo Falero (1888). (Public Domain)
‘Lily Fairy’ (‘El hada del lirio’), óleo de Luis Ricardo Falero (1888). (Public Domain)

La diosa que reinaba sobre las hadas

La reina escocesa de Elfame recuerda a la diosa noruega Freyja y sus atribuciones, vinculadas a la magia, los nacimientos y la curación. Se describe a esta diosa como una joven y bella mujer capaz de robar el corazón de cualquier hombre.
“La llegada del Rey y la Reina de las Hadas” – E. Stuart Hardy. (CC BY NC 2.0)
“La llegada del Rey y la Reina de las Hadas” – E. Stuart Hardy. (CC BY NC 2.0)
No obstante, la Reina de Elfame está probablemente basada en la diosa Nicnevin, también conocida como Nicneven y Nicnevan. Su nombre significa, “hija de lo divino.” Nicneven es una deidad protectora cuya festividad está conectada con las celebraciones de otoño, en especial Samhain. En las leyendas célticas Nicnevin era capaz de comunicarse con los espíritus de los difuntos y se la relacionaba con la magia y la brujería. Esta diosa era asimismo una de las deidades inspiradoras de la tradición druídica. Se creía de ella que podía conceder la sabiduría y el conocimiento de la magia.
Sir Walter Scott la describe así en sus Cartas sobre Demonología y Brujería:
(...) una mujer gigantesca y maligna, la Hécate de esta mitología, que cabalgaba sobre las tormentas y comandaba las caóticas huestes bajo su siniestro estandarte. Esta bruja (en todos los sentidos lo opuesto a la Mab o Titania de los mitos celtas) era llamada Nicneven en aquel sistema tardío que mezcló las creencias de celtas y godos sobre este personaje. El gran poeta escocés Dunbar es el autor de una apasionada descripción de esta Hécate cabalgando a la cabeza de brujas y ‘buenos vecinos’ (concretamente las hadas), hechiceras y elfos, indistintamente, en la espectral víspera de la misa de Todos los Santos. En Italia hemos oído cómo las brujas se reúnen a las órdenes de Diana (en su triple aspecto de Hécate, sin duda) y Herodías, encabezando ambas conjuntamente a su horda, pero volvamos a las creencias más sencillas acerca de las hadas, conservadas por los celtas antes de que fueran conquistados por los sajones.
En el folclore escocés, Nicneven estaba considerada la Reina de las Hadas, aunque también era bien conocida en otras regiones del mundo celta. En ocasiones su descripción presenta ciertas similitudes con la diosa griega Hécate, aunque por lo general es considerada un hada de los mitos escoceses. Su leyenda está llena de contrastes, y algunos han llegado a tildarla de ‘diosa diabólica’.

El Renacimiento de las hadas

La Reina de Elfame también aparece habitualmente como uno de los símbolos del País de las Hadas, un hecho considerado importante por aquellos que siguen aún en la actualidad un sistema de creencias pagano. Aunque el cristianismo no permite a sus seguidores creer en las hadas, muchos sacerdotes consideran que estas criaturas podrían representar a los ángeles de la tradición cristiana.
Las hadas se popularizaron en el arte del siglo XIX. En aquella época aparecieron en numerosas novelas, óperas, poemas y pinturas. En el siglo XX, con la creciente popularidad de las novelas y películas de fantasía, las descripciones de la Reina de Elfame y su corte comenzaron a ser aún más frecuentes.
Gente de muchas regiones del mundo cree realmente haber visto hadas en alguna ocasión. Hay incluso quien construye casas para la Reina de Elfame y su corte. No importa lo diferentes y avanzados que nos sintamos en comparación con las gentes de la antigüedad, ya que parece que aún albergamos en nuestro ser la necesidad de creer en la existencia de espíritus benéficos en nuestro mundo actual.
‘Toma el bello rostro de una mujer, y adórnalo dulcemente con mariposas, flores y joyas. Ya que tu hada está hecha de las cosas más bellas,’ óleo de Sophie Gengembre Anderson conocido también como ‘La Reina de las Hadas’. (Public Domain)
‘Toma el bello rostro de una mujer, y adórnalo dulcemente con mariposas, flores y joyas. Ya que tu hada está hecha de las cosas más bellas,’ óleo de Sophie Gengembre Anderson conocido también como ‘La Reina de las Hadas’. (Public Domain)

jueves, 9 de junio de 2016

Lámpades, las ninfas de la locura


Cuando alguien se atreve a nombrar en voz alta a las Lámpades, sabe que también está invocando a la poderosa Hécate, pues es a ella a quien servían estas bellas ninfas del inframundo.
Si eres un admirador de la mitología clásica, puede que hayas oído hablar de ellas en varias ocasiones, en especial cuando se tocan temas de brujería o artes oscuras. No obstante, no son muy conocidas a pesar de su aura sobrenatural, de su sutil encanto a medio camino entre lo oscuro, lo mágico y lo ancestral.
Estamos seguros de que te va a encantar descubrir el singular mundo de las Lámpades.
¿Te atreves a acompañarnos?

Lámpades: la luz del inframundo

Hécate no es una diosa cualquiera, de hecho, son muchos los expertos que no sitúan sus raíces en la mitología griega. Es más antigua, su tiempo se une al de los propios Titanes y es común ver representaciones a su culto ya entre los carios de Asia Menor.
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Hécate es considerada ante todo, como una diosa de lo oscuro, de la hechicería y del mundo del más allá. Por ello, se la conoce a menudo como “La reina de los fantasmas”, y de ahí que puedan verse muchos tótems con su figura a la entrada de templos, ciudades o incluso bosques. Situar la presencia de Hécate suponía establecer un límite protector entre este mundo y el otro. El que a los mortales nos está vetado y que, por su puesto, no entendemos.
Ahora bien, al igual que Hécate nos protegía de los espíritus malvados, también era capaz de traer entidades del más allá. Su nombre aparece en muchos manuales antiguos de hechicería, ahí donde invocarla a ella, donde dibujarla con esa figura que solía mostrar cuando entraba en el mundo de los mortales: la de un perro, un enorme can acompañado por unas mujeres que la protegían y la guiaban: las Lámpades.
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¿Y quienes eran ellas? ¿Qué origen tienen las Lámpades y por qué protegen a Hécate? En realidad, las Lámpades fueron creadas y ofrecidas como regalo a la propia diosa del inframundo por parte del dios de todos los hombres: Zeus. Fue un símbolo de agradecimiento, puesto que fue ella la única titánide que le ofreció ayuda durante la Titanomaquía o guerra de Titanes.
En esa batalla que duró más de 10 años, se enfrentaron los seres más antiguos del mundo, y el único ser que lo dio todo por servir de ayuda a Zeus fue Hécate. De ahí, que para cuidar de ella en todo momento, le ofreciera esas bellas y poderosas mujeres que la acompañaban en sus incursiones nocturnas al más allá o al mundo de los vivos, guiándola con sus antorchas imperecederas.
La mitología griega las conoce como Lámpades, mientras que las leyendas con origen romano hablan de ellas como las Avernales. Dice la leyenda que en su afán por mantener a su señora protegida, evitan que todo hombre se acerque a ella. Para conseguirlo, lo que hacen es levantar sus poderosas lámparas, una luz que no sólo consigue cegarnos, sino que además, puede muy bien enloquecernos.
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Así que deberás tener cuidado, sobre todo en esas noches oscuras en que oigas un perro aullar en la lejanía. Puede ser la propia Hécate visitando este mundo. Evita, ante todo, los cruces de caminos, pues es aquí donde tienen su entrada la “Reina de los fantasmas” y sus fieles protectoras: las lámpades.

miércoles, 8 de junio de 2016

Las völvas, las antiguas brujas nórdicas


 
Como la mayoría de pueblos del mundo, los nórdicos también tuvieron sus propias brujas. Enraizadas directamente con la mitología escandinava,  tuvieron su lugar en la sociedad hasta la llegada del cristianismo. Conozcamos cómo eran y a qué se dedicaban las völvas, las antiguas brujas nórdicas.

Las völvas actuaron como chamanes y sacerdotisas para las tribus nórdicas y germánicas pre-cristianas. También se las llamaba “wicce” y de esta palabra deriva la denominación inglesa para las brujas: “witch”.

Las völvas, las antiguas brujas nórdicas
El chamanismo de las völvas estaba basado en la magia rúnica y se consideraba que era cosa de mujeres, pocas veces había hombres que lo practicaran y, en todo caso, se les consideraba afeminados. Solían ser mujeres mayores sin lazos familiares con ayudantes más jóvenes y que viajaban por todo el territorio ayudando a quien se lo pidiera con su magia, sus visiones y sus profecías. Völva significa literalmente “que lleva la vara” o “que lleva un bastón mágico” y este es el principal atributo de la bruja nórdica: la vara. También suele llevar sobre la ropa un gran manto azul oscuro o negro.
Se las tenía en tan gran estima socialmente que los relatos nórdicos antiguos explican que una völva vidente fue la encargada de trasmitir a los hombres, de parte de Odín, el relato de la formación del mundo y de todo el saber. Lo que explicó la vidente es la base para la mayoría de relatos de la mitología nórdica y lo encontramos recogido en un poema de la “Edda poética” llamado Völuspá, “La profecía de la vidente”.
Las völvas, las antiguas brujas nórdicas
Participaban en las batallas no con hachas o lanzas, sino con sus varas influyendo en el curso de la batalla. Los romanos ya hablaron de ellas explicando que eran mujeres de mediana edad, vestidas de blanco y que sacrificaban a los prisioneros para esparcir su sangre y predecir acontecimientos futuros. Los caudillos germanos y nórdicos no tomaban decisiones sin consultarles antes. Solían servir a un señor de la guerra mientras las necesitaba y su poder era enorme si éste confiaba en ellas. En Escandinavia se han descubierto 40 tumbas de mujeres en los que se ha encontrado una vara y numerosas ofrendas; demostrando la importancia y el respeto que las völvas tenían en esos pueblos.
Las völvas, las antiguas brujas nórdicas
Las volväs desaparecieron a partir del siglo X, debido a la llegada del cristianismo a los reinos nórdicos. Se promulgaron leyes contra ellas y fueron perseguidas y asesinadas durante la cristianización.
 

martes, 7 de junio de 2016

El árbol de la vida en las diferentes culturas


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El árbol se ha convertido en un símbolo de amor, la sabiduría, el renacimiento, la fuerza, la redención, la amistad, la generosidad y ánimo.
El árbol de la vida es un concepto que simboliza el principio de la vida, el origen de todo. Es por eso que religiones, filosofía, mitología e incluso ciencia hayan fijado sus ojos en él y lo hayan representado desde hace miles de años, siendo uno de los elementos e iconos comunes prácticamente en todas las culturas y civilizaciones. Si extrapolamos su simbología a nuestros días, el árbol de la vida puede entenderse como la vuelta a los orígenes y, porque no decirlo, a la esperanza. Según cada civilización tiene un significado distinto.
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Para los celtas:
Cuando una tribu celta autorizó una nueva tierra para el asentamiento, que siempre se deja un gran árbol en el centro, conocido en Irlanda como el “Crann bethadh”, o el Árbol de la Vida, que encarnaba la seguridad e integridad del pueblo celta. 
Caciques se inauguraron en el árbol sagrado, ya que, con sus raíces se extienden hasta el mundo inferior, y sus ramas llegaban hasta el mundo superior, que lo conectó con el poder tanto de los cielos y los mundos de abajo.
El Árbol de la vida aparece en la religión escandinava como Yggdrasil, el árbol del mundo, un enorme árbol (a veces considerado un tejo o fresno) con una amplia tradición popular. Tal vez en relación con Yggdrasil, han sobrevivido diferentes versiones con los árboles sagrados de las tribus germánicas. Entre los ejemplos se incluyen el Roble de Thor, los bosques sagrados, el Árbol sagrado de Uppsala y el pilar de madera de Irminsul.
Para los judios y cristianos, En el Libro del Génesis, El Árbol de la Vida es plantado por Dios en el Jardín del Edén (Paraíso), la fruta da la vida eterna. 
Dios también plantó el “árbol del conocimiento del bien y del mal” (Génesis 2:9). Después de comer del “árbol del conocimiento del bien y del mal”, Adán y Eva fueron expulsados del Jardín del Edén, para evitar que comer del Árbol de la Vida.
Tambien es usado como cabala , por los antiguos judios, El Árbol de la Vida, es un símbolo místico usado en la Cábala del judaísmo esotérico para describir el camino hacia Dios y la manera en que Él creó el mundo. 
Los cabalistas desarrollado este concepto en un modelo completo de la realidad, usando el árbol para representar un mapa de la creación. El árbol de la vida se ha llamado la “cosmovisión” de la Cábala. Algunos creen que el árbol de la vida en la Cábala corresponde al Árbol de la Vidamencionado en el Génesis
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En el Antiguo Egipto, el “árbol de la vida” era la acacia de Saosis, de la que surgieron algunas deidades como Osiris, Isis o Nut. Según otro mito posterior, este poder de generar vida (y también muerte) está en el Sicomoro, que en la civilización del Nilo era símbolo de unión y tránsito entre vida y muerte. Para el judaísmo, el tabernáculo y el Arca de la Alianza fueron realizados con madera de acacia y, tradicionalmente, la zarza ardiente era también de acacia.
El Arbol de ACACIA en todas las tradiciones del mundo esta ligado a valores religiosos,como una suerte de soporte de lo divino.
La mitología China, por su parte, no toma como “árbol de la vida” una especie vegetal sino que habla de un fénix y un dragón, el primero símbolo de la resurrección y el segundo de la inmortalidad. Prueba de ello es que muchos de los “árboles de la vida” representados según esta tradición tienen un dragón que se convierte en el propio tronco del árbol y en la parte superior (digamos que encima de las ramas) tienen un animal alado y con enormes garras. Según el taoísmo el “árbol de la vida” podría ser un melocotonero que sólo produce fruto cada 3.000 años.
En la India la higuera de Bengala y el pipal son dos de las especies más veneradas, y es por eso que la tradición los considera como “árboles de la vida”, especialmente la higuera, que simboliza la fertilidad y el árbol que alimentó de leche al mundo antes de la existencia de frutos. La higuera también tiene muchas connotaciones religiosas: según la tradición, los sabios y venerables se sientan bajo este árbol para pensar, para debatir y para impartir justicia. Por otra parte, el árbol Bodhi bajo el que Buda alcanzó al iluminación era un pipal, de ahí que su importancia cultura e icónica.
Lo que se conoce como el Árbol de la vida asirio estuvo representado por una serie de nodos y líneas que se cruzan. Aparentemente fue un símbolo religioso importante, a menudo atendido por dioses con cabeza de águila y sacerdotes, o el propio rey. Los especialistas en Asiriología no han llegado a un consenso sobre el significado de este símbolo. Es polivalente. El nombre de “Árbol de la Vida” ha sido atribuido por los investigadores modernamente, no fue utilizado en las fuentes asirias. De hecho, no existe ninguna evidencia textual relativa a este símbolo.
La rama de acacia juega un papel principal en los rituales masónicos de tercer grado ya que simboliza el poder de inmortalizar el alma .
Más allá de la lectura religiosa y filosófica, el Árbol de la Vida se ha convertido en un símbolo de la vida y también de la esperanza

lunes, 6 de junio de 2016

Los Fomhóire


Dentro del maravilloso mundo de la mitologia celta y sus no mas famosos integrantes, encontramos unas extrañas criaturas conocidas como los Fomhóire o Fomoire, que venían de alguna isla cercana a Irlanda, según nos relata el Libro de las Invasiones y están tan relacionados con los gigantes como con las criaturas marinas.

El Libro de las Invasiones de Irlanda, es una recopilación de diferentes mitos y leyendas de diversas épocas. En ellas se nos cuenta la historia de Irlanda en tradición oral, pertenecientes a diversas épocas. En ellas se nos cuenta la historia de Irlanda en los tiempos previos a su colonización por parte de los hombres, y las batallas que libraron entre si los seres sobrenaturales por su control. Este libro se podría considerar como una de las historias previas a la existencia de los hombres, aunque no se concretan los detalles de la creación.

Los Fomhóire fueron la primera raza en pisar Irlanda, más tarde llegarían los Tuatha Dé Dannan o Los Partholón entre otros, aunque finalmente serían Los Hijos de Mil Espaine (procedentes de la Coruña), quienes terminaron por expulsar a todas las criaturas y conquistar Irlanda.

Como en otras mitologías europeas, los celta nos cuentan que la tierra primigenia estaba habitada por gigantes, llamados Fomhóire, poseedores de una curiosa fisonomía. Estos seres se nos describen como vagamente humanos, aunque sólo tenían una mano, una única pierna y nada menos que tres hileras de dientes. Los Fomhóire vivían bajo el yugo de un malvado caudillo llamado Balor, diferente al resto de ellos en que tnía un solo ojo, dispuesto en el centro de la frente.

Según algunos estudiosos, la etimología de Fomhóire deriva de las palabras Mawr que significa “grande”, el prefijo Fo que significa “debajo” y la palabra Mór que con acentro quiere decir “fantasma” y sin él “mar”. De ahí la relación con el mundo marino, aunque no podemos estar seguros ya que, como suele ocurrir con la tradición oral, se puede haber perdido parte de su significado original.