viernes, 13 de noviembre de 2015

Mandrágora

La mandrágora es una planta cuyas raíces crecen con forma humana, hombre o mujer, y cuando es arrancada de la tierra grita. Es de gran utilidad en la medicina, y se debe recoger cuando alcanza los treinta años, pero cualquier persona que oye el llanto de esta planta muere o se vuelve loco, por lo que se ataba un perro hambriento a la planta y se lanzaba un pedazo de carne fuera de su alcance. Cuando el perro corría tras la comida tiraba de la cuerda y arrancaba la planta del suelo, mientras que su amo se mantenía a salvo fuera del alcance de sus gritos.

En los bestiarios medievales los elefantes machos son reacios a aparearse, por lo que cuando la hembra quiere tener hijos, se dirige con el macho al este, cerca del Paraíso, donde la mandrágora crece. La hembra de elefante come un poco de mandrágora, y luego le da un poco al macho; se aparean y la hembra concibe inmediatamente.

La forma de la raíz de la mandrágora, similar a un humano, ayudó a originar la extraña leyenda que dice que esta planta brota de los fluidos de los ahorcados. De ahí que en Alemania se le conozca popularmente como "pequeño ahorcado". Se solía creer que cuando se ahorcaba a un hijo de ladrones, o a un hombre cuya madre robó mientras estaba encinta de él, su semen u orina caía al suelo y allí brotaba la mandrágora en el acto. Otras leyendas dicen que el "progenitor" de la mandrágora no debía ser un ladrón de nacimiento, sino un joven inocente y casto que se declaró culpable de un delito bajo tortura y que fue condenado a morir en la horca.


La mandrágora también se describe en herbarios medievales, como en el Harley MS 4986 (siglo XII): «Si quieres recoger la mandrágora debido a su grandes cualidades que dan salud, la cogerás con conocimiento. Brilla de noche como una lámpara, y cuando la veas marca un círculo a su alrededor rápidamente con hierro para que no se te escape. Esta planta alberga tanto poder, que si ve un hombre inmundo acercarse a ella, se escapa. Así, por esta razón se marca un círculo con hierro a su alrededor, teniendo cuidado de no tocarla con el hierro; hay que quitarle la tierra con el máximo cuidado con una estaca de marfil, y cuando veas los pies y manos de la planta deberás atarla con una cuerda nueva y atarás el otro extremo de la cuerda al cuello de un perro hambriento, colocando frente a él un trozo de carne, por lo que en su afán de conseguir la comida sacará la planta del suelo. También podría utilizar un aparato como una mangana, que funcione como una especie de ratonera, arrancando la planta por su inercia. Cuando la tengas en tus manos, guarda el jugo de sus hojas en un frasco de vidrio, así conservará sus propiedades medicinales para los humanos».

Tiene seis usos diferentes. El primero es para el dolor de cabeza que impide el sueño. Para esto se crea un bálsamo con el jugo de la planta y se aplica en la frente como un yeso. El segundo es para el dolor de oídos. El jugo debe mezclarse con aceite de nardo y la mezcla se vierte en los oídos. El tercero se emplea para casos graves de gota. Se debe cortar la mano y el pie derecho de la mandrágora y molerlos hasta reducirlos a un polvo que se le debe suministrar al enfermo con vino durante siete días. El cuarto uso es para los epilépticos. Un trozo del cuerpo de la planta se tritura y se le da al paciente en un vaso a rebosar de agua caliente. El quinto es para calambres y contracciones musculares. Para esto se reduce a un polvo muy fino el cuerpo de esta planta y se mezcla con aceite dulce. Este ungüento debe untarse en los pacientes de este mal. Su sexto uso es interesante, pues es un remedio para un frío en la cabeza, de carácter virulento, que aparece repentinamente en casa. Con tener tan sólo un poco de mandrágora en casa se ahuyentaría cualquier infección.

Plinio decía que hay dos variedades, la mandrágora blanca, identificada normalmente como el macho, y la negra, que se considera que es la hembra. Tiene una hoja más estrecha que la de la lechuga, un tallo velloso, y una raíz doble o triple, negra en el exterior y blanca en el interior, suave y carnosa, aproximadamente de un codo de largo. Ambos tipos tienen una fruta del tamaño de una avellana. Las hojas de la planta hembra son más amplios que las del macho. Discórides, en su De materia medica, también afirmaba que había dos tipos de mandrágoras, la hembra, de color negro, llamada thridacias, y el macho, de color blanco y conocido como norion, y que de esta planta se podían elaborar pociones de amor.

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