martes, 13 de octubre de 2015

Los Daityas hindúes

La mitología hindú que cuenta con una vasta cantidad de diferentes seres mitológicos, también presenta sus propios gigantes mitológicos: los daityas.
Gigantes con apariencia humana de gran fuerza y poder que no se diferenciaban demasiado de los que hemos venido viendo en el resto de diferentes mitologías. Su tamaño era tal, que se dice que los daityas femeninos portaban joyas del tamaño de rocas. Eran los descendientes de la diosa Dity y del sabio Kashiapa que, a su vez, también fue el padre de la humanidad y de la raza naga.
Los daityas pertenecían a la estirpe de los asura, unos seres mitológicos de carácter divino propios de esta mitología, que se encontraban en constante conflicto con los dioses por lograr obtener el poder. Ambos, asuras y dioses, eran opuestos, y, haciendo un paralelismo, podrían ser el equivalente a los demonios en el imaginario occidental.
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Los gigantes daityas eran parte de los demonios asuras
Eran unos seres que podrían haberse convertido en dioses o devas pero que, por sus malas acciones y decisiones, no lo hicieron. En este caso se les conoce por el nombre de Dánavas. Así pues, los daityas se encuentran dentro de este grupo de seres de inclinaciones no benévolas y, pese a su gran poder, se les sitúa en los puestos inferiores de la escala jerárquica hinduista.

En unos de los textos sagrados de esta religión, llamados Upanishads, se narra como los devas y los asuras acudieron a Prajäpati, un consejo de deidades superiores que determinaban sobre la vida, en busca de la comprensión del ser. Obtuvieron del consejo una respuesta simplista, lo que determinó una profunda diferencia entre estos dos grupos divinos; los asuras se conformaron con la simple explicación pero los dioses no la aceptaron ya que no reflejaba el significado completo de la existencia por lo que continuaron esforzándose para alcanzar su total comprensión.
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Devas y Asuras representan la dualidad entre el bien y el mal en constante oposición
Aunque extremadamente longevos, los gigantes ansiaban la inmortalidad. Y envidiaban a los dioses que no morían ya que ellos tenían en su poder el amrita o elixir de la vida y, es por esto, que batallaban tratando de vencerlos.
En el texto Vishny Purana, el líder de los daityas Hiranyakashipu, le habla a su hijo de la siguiente forma:
‘’ ¿Yo, a vuestro entender, soy necio? He rendido culto durante 60.000 años, casi toda una vida, he vivido más de 100.000 años. ¿Acaso pensáis que lo único que he hecho durante toda mi vida ha sido transportar heno?’’
Al igual que sucede en la mayoría de leyendas en las que aparecen gigantes, éstos no sólo tienen una larga vida, sino que están en guerra con los dioses. En este caso, se cuenta que durante el Krita Yuga o primera edad del universo, los daityas con su gran poder y dirigidos por la serpiente gigante Vritra, se alzaron contra los dioses y consiguieron derrotarlos.
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Los gigantes no parecían ser del agrado de los dioses
Aunque su estancia en el poder fue breve y los dioses recuperaron pronto su estatus de gobernantes sentenciando a sus enemigos al encierro en el Patala o infierno subterráneo al igual que obró Zeus al encerrar a los titanes en el Tártaro cuando les hubo derrotado.
Pero en esta mitología ambas razas comparten varias similitudes y es que se describe que todos estos seres eran extremadamente bellos, la mayoría de piel blanca y de cabellos claros si bien existía un grupo de Dánavas de tez realmente oscura conocidos como los Kalakaeyas.
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Guerras entre dioses y gigantes aparencen en varias leyendas
Según el Bhagavata Purana el tiempo que la madre de los dioses estuvo en estado de gestación antes de su nacimiento fue de 100 años y no sufrió los dolores normales del parto. Asimismo, en el Matsya Purana se nos dice que el tiempo de gestación correspondiente a sus opuestos daityas y dánavas fue de 1.000 años en el vientre de su madre.
También se hace referencia en los diferentes textos a la superior inteligencia de estos gigantes que los hacía conocedores de las artes mágicas que les permitían realizar portentos como cambiar su aspecto a voluntad. Algunos, incluso, tenían la capacidad de hacerse invisibles.
Y esta gran inteligencia hacía de ellos unos fantásticos artesanos que crearían maravillosos objetos impensables para la humanidad de aquellos días.
Uno de sus reyes, de nombre Mayasura, era conocido por su excepcional habilidad como arquitecto siendo poseedor de una tecnología que le permitía fundir las rocas y que le era de gran utilidad para la realización de sus maravillosos trabajos arquitectónicos; entre ellos, cabría destacar las tres ciudades flotantes llamadas Tripura. Hechas de hierro, plata y oro, se encontraban en la Tierra, en el cielo y en el paraíso.
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De nuevo, aparece un grupo de seres capaces de crear proezas tecnólogicas
Estas ciudades eran ricas y prósperas y en ellas habitaban diferentes asuras pero la naturaleza maligna de éstos les costó cara pues acabaron siendo destruidas por una de las manifestaciones de Shiva.
La persistente guerra entre dioses y gigantes es común a las culturas en las que aparecen estas figuras, en una constante lucha por el poder sobre el mundo en la que los gigantes suelen representar aspectos negativos y siempre resultan derrotados. ¿Nos narran los textos antiguos una guerra que tuvo lugar antes de la existencia de la humanidad?
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Shiva el destructor aniquiló las ciudades flotantes de Mayasura
Concluimos citando un fragmento del Bhagavata Purana en el que se describe una de las batallas entre ambos bandos:
‘’El campo de batalla se había cubierto literalmente de las cabezas cercenadas de los héroes. Sus ojos permanecían abiertos, sus labios, mordidos en una ráfaga de rabia. Alrededor pendientes y cascos se hallaban dispersos. Aquí y allá rebanados brazos sujetando diversas armas, piernas y caderas que parecían trompas de elefantes estaban esparcidas. Alrededor de piernas cercenadas, caderas y cuellos de los guerreros y de sus estandartes desgarrados, arcos rotos, armas rotas y ropajes estaban esparcidos’’.

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